martes, 23 de octubre de 2007

A veces los bolsos grandes pueden viajar en metro

Las estaciones Universidad de Santiago y Estación Central reciben a gente que baja de los terminales de buses Alameda y Santiago. En fines de semana largos ambas estaciones se llenan de pasajeros que vienen de regiones y la gran mayoría se dirige directo al metro portando bolsos de grandes proporciones. En la normativa de Metro se establece que “los pasajeros sólo podrán portar bolsos, cuyo volumen no ocasione molestias a los demás ni perturbe el normal funcionamiento del servicio”. Pero algunos funcionarios de esas estaciones dicen que desde la llegada del Transantiago prefieren dejar pasar a los “viajeros”, “porque muchos no tienen otra alternativa de transporte”.



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lunes, 8 de octubre de 2007

El pase Bip! que no cobra

Sebastián Saldes tiene 18 años y estudia en la Universidad de Chile. Viaja todos los días desde su departamento en la estación El Golf hasta esa casa de estudios. Su pase escolar Bip! se lo arreglaron recientemente, pero apareció con una nueva falla: a veces no le cobra. Abajo nos cuenta lo que le pasa.


martes, 4 de septiembre de 2007

Los paraderos confusos de Irarrazabal


En Irarrazabal, cerca de Plaza Ñuñoa hay un paradero que no es del Tranasantigo. Usuarios suelen esperar micro en ese lugar. A veces les paran, otras no. Soledad Martínez es una de ellas. Dice: "Siempre tomo micro en este paradero. Un par de veces no más no me ha parado". Cuando eso sucede, Soledad tiene que correr hasta el paradero que es del Transantiago a una cuadra de ahí. Agregó que "conviene venir a este porque si uno toma en el que está en Plaza Ñuñoa lo más probable es que se valla parado".







El letrero de Transantiago no se ubica en ninguna parte. La 406 se detuvo y Soledad subió junto a otros pasajeros que llegaban resién al paradero. Carmen Vera tambien se encontraba en ese paradero, pero no se subió a las 406. "No, no espero micro. Estoy esperando taxi". Dijo que siempre lo hacía y que era muy dificil esperar taxi en el paradero del Transantiago, porque siempre estaba lleno. Carmen Vera dijo que frecuentemente veía como las micros se detenían a buscar pasajeros en ese paradero. Se subió junto a su marido a uno de los muchos taxis que pasaban.



Al frente hay otro paradero con las mismas características. Ahí Jorge Palacios esperaba taxi. "No tengo idea que micros paran acá" dijo antes de subirse apurado al vehículo. En Irarrazabal hay por lo menos 5 paraderos desde Salvador hasta Plaza Ñuñoa que no son del Transantiago.











A sólo una cuadra se ubica el paradero del TS. A ratos la gente que espera micro es muy poca. Incluso menos de la que está en el paradero viejo. Entre ellas se encuentra Jessica Paredes que "no tenía idea que había otro paradero cerca. De haberlo sabido me hubiera ido para allá, porque cuando uno toma la micro acá siempre va llena a la hora de que la gente sale del trabajo". Luego se subió a una micro llena.


En el paradero del TS también paran los buses gratuitos que la Municipalidad de Ñuñoa dispuso. Carlos Álvarez se encontraba en el paradero. Dijo que no tenía idea que existían y su amigo negó con la cabeza diciendo "yo tampoco". Catalina Ibañez también esperaba micro y dijo que "los paraderos que no son del Transantiago son para esos buses. Pero eso nadie lo sabe".

martes, 14 de agosto de 2007

Desmayos en metro U de Chile

Miriam Paredes tiene 42 años y para llegar del trabajo a su casa debe tomar el metro Universidad Católica y bajarse en Universidad de Santiago. El lunes 13 de agosto a las 19:20 sufrió un desmayo en la estación Universidad de Chile. Es el segundo que le ocurre debido a la aglomeración de gente en los trenes. La alta demanda del metro producto del Transantiago ha hecho que Miriam Paredes odie este sistema de transporte.

Estuvo 15 minutos esperando el tren y apenas se subió sintió que le bajaba la presión. Luego de eso vinieron los mareos y la fatiga. Cuando el tren llegaba al metro Universidad de Chile se desmayó. Los pasajeros que la acompañaban reaccionaron para evitar su caída. Luego de que el tren se detuviera en la estación, pidieron permiso a gritos para sacar a Miriam Paredes. Llamaron a funcionarios de metro que se encontraban cerca de ahí, quienes de inmediato acudieron a atenderla. Se armó un pequeño tumulto de gente al borde del andén observadora de lo que ocurría.

Los funcionarios de Metro llamaron al paramédico de la estación para que atienda a la señora Miriam. Pasó un minuto y el paramédico se acercó donde estaba la señora. Justo llegó cuando despertó del desmayo. Desconcertada y sin saber que sucedía Miriam Paredes todavía sentía fatiga y mareos después de abrir los ojos.
El paramédico y un guardia de metro llevaron a la señora Miriam hasta la enfermería de la estación. Allí se le hizo un chequeo general. Su presión volvió a la normalidad. Cinco minutos después salió de la enfermería con los ojos rojos y desorientada. Sus dos acompañantes la ayudaron a subir las escaleras hasta la salida de la estación.

Miriam Paredes debe hacer todos los días ese viaje. Ella prefiere el metro porque la micro "se demora mucho y pasan todas llenas", dijo cuando estaba fuera de la estación. Luego agregó: "Tengo problemas de presión, el médico me dijo que era propensa a los desmayos y me prohibió andar en metro cuando esté muy lleno. Desde mi trabajo en la estación Universidad Católica no puedo irme en otro horario que no sea el horario punta, porque si espero mucho no llego a estar con mi familia. Lo hago sobre todo por mi hijo que tiene seis añitos". Es el segundo desmayo que sufre a causa del Transantiago. Con el sistema de transporte anterior no había sufrido ningún problema de salud.
"Yo creo que ya no puedo andar más en metro" dice mientras sus dos acompañantes asienten con la cabeza "o voy a tener que esperar a que se desocupe bien para poder subir". Señaló que su hijo menor lo cuidaban sus hermanos mayores de edad hasta la hora que ella llegaba, pero igual se sentía mal por llegar tarde y no poder estar un rato más con su familia.